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2023.11.10

"Esta mañana, comencé observando un árbol caído durante una hora. Luego, continué viéndolo durante dos horas más y, para el final del día, había estado observándolo en total durante 7 horas.”

Otra consideración sobre el tiempo (específicamente sobre los estándares del tiempo físico) es que cuanto más horas uno pasa en quietud observando lo que está sucediendo —algo que, a primera impresión, parece poca cosa— más ricos son los detalles almacenados en lo profundo de la memoria.  Quiero decir, no avistaremos nada en el cielo sin alzar la cabeza, del mismo modo que no escucharemos cómo se desplaza el viento sin sumergirnos en la densidad de los bosques. 

Recuerdo un detalle de mis años viviendo al pie de una montaña en el interior de mi país natal, Argentina (esto fue durante mi adolescencia, hace muchos años atrás) y es el contraste sensorial del día y la noche: el canto de un animal nocturno definitivamente no puede percibirse cuando el sol se asoma. Por lo que el tiempo físico quizás nos arrebata la oportunidad de ver la erosión de un objeto en particular sin embargo tenemos más herramientas a disposición, optimizables con la práctica.